miércoles, 25 de marzo de 2015

Destinos cerca de las capitales ganan terreno en el sector del turismo

Aunque lugares con playa siguen siendo un gran atractivo, sitios que no las tienen toman fuerza.

Ante los descensos en el nivel de ocupación hotelera, producto de la mayor oferta de habitaciones y de nuevos proyectos, el mercado de la propiedad vacacional (pago de un derecho para utilizar una habitación hotelera en un período de tiempo cada año) está sintiendo cambios importantes: los clientes están buscando flexibilidad y ahora quieren variar sus sitios de descanso, así como la forma de disfrutar estos momentos de relax.

Según un estudio de este mercado, realizado por el Fondo Nacional del Turismo (Fontur), quienes adquieren planes de este tipo ahora están decidiendo que no siempre quieren ir al mismo lugar y tampoco quieren estar atados a disfrutar todo el período de descanso, sino dividirlo por días.

El documento define las vacaciones como un evento “flexible”, abierto, relajado en la mente de las personas, y cualquier situación o condición que lo haga rígido se convierte en una fuente de posible insatisfacción.

No en vano, Ángel María Balanzó, director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Propiedad Vacacional (Astiempo), señala que si bien las playas siguen siendo el imán que atrae a los turistas hacia destinos como Cartagena, Santa Marta o San Andrés, los lugares que no necesariamente son de playa empiezan a marcar una diferencia.
“El Eje Cafetero, definitivamente, pero también los destinos urbanos, ya que Bogotá es muy interesante para la gente que no vive en la capital”, señala el directivo.
Explica que los clientes pueden utilizar la semana completa, pero, a través de una ‘moneda de cambio’ que se llama puntos, pueden partir el plan en fines de semana, y aquí son muy apetecidos los destinos cercanos a las ciudades principales, como Villavicencio, Melgar, Girardot y municipios en el departamento de Boyacá.
Gasto por persona
El estudio, que se hizo en las ciudades de Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Bucaramanga, con compradores potenciales, mostró que hay oportunidades, porque en su último viaje, seis de cada diez personas (el 60 por ciento) gastaron –excluyendo transporte origen-destino por persona– más de 500.000 pesos, y de estos, tres de cada diez gastaron más de un millón de pesos.
Se calcula que en este mercado se puede lograr una reducción de entre un 20 por ciento y un 30 por ciento en el valor del hotel, aspecto que el usuario puede combinar comprando con anticipación sus tiquetes aéreos para que salgan más económicos.
Por su parte, los hoteles pueden asegurar un flujo estable que incrementa su rentabilidad. A la fecha puede haber entre 150.000 y 200.000 familias afiliadas a un sistema de tiempo compartido o de propiedad vacacional en el país, toda vez que ya hay entre 67 y 70 hoteles que participan de esta modalidad.
Los viajeros que planean el descanso
En cinco de cada diez casos, los clientes toman un paquete de todo incluido, algo que es más recurrente en estratos medio alto y alto. Entre los alojamientos utilizados, la hotelería pesa el 64 %, aunque albergues y hostales son alternativa para cuatro de cada diez personas. En general, los clientes buscan ubicación (cerca o con acceso a la playa), piscina, seguridad y recreación.


 * Tomado de: www.eltiempo.com


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